Compartimos el texto escrito por Francisca Palma, periodista de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, respecto a las caries.

Impacto en la calidad de vida del niño y la familia

No solo traen consigo dolor y molestias. Las consecuencias de este tipo de problemas en los niños menores de seis años pueden llegar incluso a que quienes las padecen posean una talla y peso inferiores al promedio de los menores y se afecte su desempeño escolar.

Despertarse en medio de la noche por el dolor y las molestias, despertar a los padres y hermanos, no poder alimentarse bien y desconcentrarse en instancias educativas, son solo algunas de las consecuencias que pueden tener las Caries Tempranas de la Infancia (CTI), también conocidas como caries del biberón o caries de la lactancia, patología que afecta a los niños hasta los seis años.

“La carie no sólo tiene implicancias locales en la boca sino que a nivel general del crecimiento y desarrollo de los niños”, señala la profesora de la Facultad de Odontología Sonia Echeverría, esto, a partir de los resultados de diversas investigaciones que ha realizado junto a otros profesionales sobre la situación en Chile de este mal que afecta a los más pequeños.

Uno de los estudios evidenció que los niños que poseen CTI severa pesaron y midieron menos que los niños sin caries, ya que en etapas iniciales de la enfermedad los niños continúan con sus hábitos normales de vida, pero en etapas avanzadas, cuando el dolor y la infección ya están presente, “afectan la capacidad del niño para comer y dormir, ejerciendo un efecto debilitante y alterando su desarrollo”.

Otro ámbito que se ve afectado por este tipo de patologías, como señala la profesora Eugenia Henríquez de la misma facultad, es el proceso de aprendizaje puesto que “la pérdida de días de escuela y el aumento de número de días con actividad restringida, disminuye la capacidad de aprender”.

“Este problema no solo altera la calidad de vida del niño sino que muchas veces la de su familia”, destaca la profesora Henríquez, pues el dolor les hace faltar a sus colegios y perder días de escuela. Además, las madres, en general, son quienes deben llevarlos a los servicios de urgencia, perdiendo muchas veces días laborales, indica la académica.

Es por eso que otro de los trabajos realizados por las investigadoras fue la aplicación de una encuesta a padres de menores que llegaban con dolor al servicio de urgencia del Hospital Sótero del Río. “Se llamó nuevamente a los papás y a las mamás para ver cómo había cambiado la calidad de vida -alimentación, sueño, conducta- que estaban alterados”.

“Es importante conocer esta información porque eso habla de que necesitamos más servicios de urgencia a nivel nacional y personal adecuado para poder dar solución a estos niños que tienen este tipo de caries”, destacó Echeverría.

Es por eso que, como señala la profesora Henríquez, es fundamental “detectar las caries lo más precoz posible, fundamentalmente en las etapas iniciales cuando están en formas de manchas blancas, cuando ya el diente se comienza a calcificar”.