Hoy en día el país se encuentra al debe en cuanto a materia de salud, el sistema público no es del todo eficiente, las esperas son larguísimas y a veces fatales. En cambio el sistema privado funciona bastante mejor ¿pero a qué costo?, tomando en cuenta que más de la mitad de la nación pertenece a los sectores socioeconómicos más bajos (E, D y C3) y no cuenta con Isapre.

Si llevamos este caso a la odontología es mucho más grave, pues se ha dejado en evidencia el abandono de un área de  la salud importantísimo, que bien muchos temen y desconocen, hasta que su sonrisa es afectada por caries, enfermedades periodontales y pérdidas de piezas dentales.

Así le sucedió a Nelson Carrasco de 41 años, quien debido al temor y la falta de recursos postergó su visita al dentista por más de 20 años. “He tenido problemas en mis dientes casi toda la vida, porque nunca me los cuide, le tenía miedo a las inyecciones”.

Afligido por su situación, hoy se encuentra sin empleo, su prioridad es terminar un tratamiento dental para reinsertarse al mundo laboral y no volver a esconder su dentadura para poder hablar con su jefe y compañeros de trabajo.

Pero no es el único caso, varios de su generación se encuentran en su misma situación. Un ejemplo de ello es el de Dalila Vásquez, quien antes de convertirse estilista ocultaba sus rasgos, no mostraba su sonrisa.

Con gestos explica lo difícil que fue para ella tener que conversar y relacionarse con otras personas, pues “es muy discriminatorio no tener una dentadura en buen estado”. Su situación se agravó a tal nivel que comenzó a incidir en su vida familiar, “no quería salir en fotos, los niños me preguntaban por qué no me reía o estaba enojada, pero no era eso, solo que no quería mostrar mi boca”.

A esta realidad se suma la de Claudio Araya, paciente ariqueño, quien deja en claro que la condición no es diferente en otras partes del país, es más, a las dificultades ya existentes se suman otras. “Todos me comentaban, oye pero anda a Tacna, yo lamentablemente no tengo los recursos para ir allá y poder atenderme. Yo soy chileno y como tal necesito que me atiendan acá, no tendría porqué ir a otra región”. Una gran decepción tuvo al enterarse de que el hospital de la ciudad no contaba con urgencia dental, sentimiento que incrementó con la  situación de su sobrina quien ha esperado tres años para empezar un tratamiento de ortodoncia.

 “Solamente me daban pastillas para el dolor, nunca se me ofreció otra alternativa”, Nelson Carrasco.

¿Qué sucede con el sistema público y privado? ¿Cuál es su posición ante esta situación?

Lo negativo: La realidad del sistema público y privado

Según un reportaje de Canal 13…

• 129 personas esperan en el servicio público de salud por un tratamiento de restauración oral.
• 943 se encuentran en la lista de espera dental, que se ha transformado por lejos en la más abultada del sistema.
• La Ortodoncia y Ortopedia Dentomaxilofacial son las especialidades con mayor retraso 126.079 personas aún no son atendidas.
• 237 pacientes esperan realizar su tratamiento de endodoncia.
• 000 por distintos tipos de cirugía.
• 840 días deben esperar los pacientes del sistema público para ser atendidos por un experto en Ortodoncia y Ortopedia Dentomaxilofacial.
• 524 días es la espera en promedio para ser atendidos por un especialista odontológico.

Los retrasos tienen explicación, según el Ministerio de Salud esto se debe al gran número de atenciones que se requieren para dar de alta a un paciente. “Un paciente que acude a una determinada especialidad necesita constancia en la asistencia, porque es un proceso continuo de atención”, cuenta el Dr. José Rosales, Jefe del departamento de Odontología Red Asistencial.

Y no es la única adversidad, puesto que “Hay un montón de patologías bucales que la atención primaria no deriva al hospital porque sabe que es de difícil acceso, el sistema público en atención primaria asume el daño de esa población y  lo que es más grave la población asume su daño”. Así lo explica el ex vicepresidente del Colegio de Cirujano dentistas e implantólogo del Sistema público, Jaime Acuña.

Existe consenso en que el retraso en las atenciones odontológicas es histórico, actualmente existe la figura de un coordinador nacional de salud dental, tras algunos ajustes las expectativas de mejorar los resultados han ido creciendo.

Lo positivo: La ayuda de las organizaciones

Iniciativas privadas colaboran para acelerar algunos casos. La fundación “Sonrisas” ha reparado más de 200 dentaduras, cambiando rostros y vidas como las de Dalila.

A los 41 años Nelson revivió su autoconfianza con la nueva dentadura, la clínica de la Universidad Andrés Bello le permitió acceder a tratamientos que al sistema público no llegaron y que en el privado nunca hubiese podido pagar.

Con los pacientes dentales transformados en los últimos de la fila, distintas iniciativas privadas intentan aportar a un debate abierto, uno que ha dejado en evidencia el abandono histórico de un área de la salud, que más allá de consideraciones estéticas cambia vidas.

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