En su afán de promocionar su clínica dental y atraer más pacientes, el Dr. Luc Vanderborght, de nacionalidad belga, se decidió por ocupar las redes sociales, la publicidad digital y contratar afiches pagados en periódicos locales. Hasta aquí nada extraño…

Pero el caso dio un  vuelco imaginado cuando el Dr. Luc Vanderborght fue demandado por el municipio de Opwijk, argumentando una ley del año 1958 que impide a los dentistas publicitar sus servicios: “Nadie podrá llevar a cabo, directa o indirectamente, publicidad de cualquier naturaleza dirigida a tratar o hacer tratar en Bélgica o en el extranjero, las afecciones, lesiones o anomalías de la boca y los dientes”, reza el escrito…

Una dura batalla

Decidido a dar pelea por su libre derecho a publicitarse, el Dr. Vanderborght libró una dura batalla frente a los jueces de Bélgica, alegando que las leyes que prohibían su causa incumplían el derecho comunitario. No se entiende como en el siglo XXI donde la publicidad digital es “de todos” y “para todos” sea censurada.

Posteriormente y tras deliberar, el Tribunal de justicia de la Unión Europea concluyó que la el comercio electrónico no es compatible con la legislación de Bélgica que no autoriza la promoción por Internet en el área dental. Así mismo y en beneficio del Dr. Vanderborght, el tribunal consideró que prohibir publicitarse al dentista restringe la posibilidad de que se den a conocer sus pericias como profesional lo que golpea directamente con la prestación de servicios libre el cual está reconocido por el derecho europeo.

En el mundo moderno que corre, el profesional de la salud que necesite promocionarse tiene una multitud de herramientas para hacerlo y creemos que mientras sea dentro los estándares y conceptos adecuados no debería existir ningún tipo de censura.

Fuente: Dentalista