Jaime Collao (26) fue profesor de anatomía en la Universidad Autónoma (2017-2018), cirujano dentista en Red de Salud UC-Christus (2018) y actualmente pertenece al Grupo odontológico Yany (2017 – actualidad).

Collao siempre se ha caracterizado por querer ayudar a los demás, hijo de Jaime y Margarita, supo cual era su deber desde antes de nacer, pues se crió  en una familia de bomberos y hoy logra compatibilizar su carrera, vocación y vida familiar a pesar de todo…

– ¿Cuándo comenzaste a ser bombero?

– Comencé hace un poco más de dos años, como voluntario de la Sexta Compañía de Bomberos de Santiago. Toda la vida he tenido el llamado del deber, me ha gustado siempre. He crecido prácticamente en este cuartel, porque mi papá es bombero hace más de 35 años, de hecho tengo un tío que es bombero en otra compañía, el ser bombero es algo de familia.

Todas las actividades durante mi infancia y adolescencia tuvieron que ver con los bomberos, entonces una vez que salí de la universidad lo primero que hice fue entrar a esta compañía.

 – ¿Qué tal es la experiencia?

– Para mi es la experiencia más enriquecedora que he tenido durante mi vida. La compañía, especialmente en la que estoy es preciosa, con todas sus letras; la camaradería que se vive; como es el día a día; los compañeros que tengo, todo es espectacular en realidad y más si uno tiene la posibilidad de ayudar a las personas que lo necesitan, es una experiencia que no cualquiera tiene y me siento súper agradecido de poder vivirla.

 – ¿Tus pacientes saben que eres bombero?

– Trato de no contarlo, no me gusta que mucha gente sepa por un tema mío, pero hay veces que se dan cuenta porque tengo la radio de bomberos prendida adentro de la consulta y preguntan “qué es” y “por qué suena tanto”, es un tema de conversación más.

– ¿Qué significa para ti ser odontólogo?

– Ser dentista es un honor en realidad, poder hacer un cambio real en las personas, ayudar al que tiene dolor o alguna molestia estética, funcional, etc. Y también hacer una diferencia ahí, con respecto a alguien que llega a tu consulta con algún problema y ser capaz de solucionarlo también me llena mucho.

 – ¿Logras compatibilizar tus tiempos para ser dentista y bombero?

– Es difícil, trato de que no interfiera la bomba mientras estoy trabajando, pero me han tocado incendios que son muy grandes donde se necesita mucho personal. He tenido que correr a los pacientes que vienen para poder irme, pero intento no hacerlo, porque finalmente uno se entrega a sus pacientes.

– ¿De qué forma aporta la odontología al ser bombero? ¿Y el ser bombero a la odontología?

 – Yo creo que la empatía que uno debe tener como dentista sirve harto para ser bombero, el ponerse en el lugar del paciente cuando uno está trabajando. Acá tratamos muchas víctimas, somos una compañía de rescate por lo que trabajamos mucho el contacto con las personas.

 El hecho de atender pacientes todos los días, que vienen en situaciones difíciles, también ayuda harto a no ser tan lejano a las personas que están sufriendo, ya sea en un acto de servicio o un paciente.

– Si tuvieras que elegir entre ser bombero y dentista ¿Cuál escoges?

– Difícil pregunta, las dos me gustan mucho, pero si tuviera que elegir entre el box y estar arriba del carro bomba, elegiría mil veces el carro sin pensarlo.

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